domingo, 25 de marzo de 2012

Andrés Manuel López Obrador… y el Papa

Con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI a México, el candidato del Movimiento Para la Regeneración Nacional (MORENA) a la presidencia de la república mexicana Andrés Manuel López Obrador (AMLO en lo sucesivo) envió una  carta al Papa, por medio del nuncio apostólico en México, Monseñor Christophe Pierre.

Hay que decir que la carta no contiene nada nuevo que no haya dicho antes AMLO en sus discursos políticos a los mexicanos, que seguramente el Papa ya ha tenido oportunidad de conocer por los medios de comunicación.  Más que una carta personal parece un volante publicitario de MORENA.

Yo creo que al Papa (y a los católicos mexicanos, que somos a los que en realidad intenta convencer AMLO) le hubiera interesado mucho más que AMLO se definiera en compromisos concretos de respeto a la libertad religiosa,  misma que va mucho más allá de la simple libertad de culto y está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos así como en otros tratados internacionales de los cuales México es signatario. 

Mucho más interés hubiera tenido saber cuál es su actitud ante la postura francamente hostil hacia la Iglesia de muchos perredistas,entre los cuales el más notorio es desde luego su “cuate” Marcelo Ebrard.

Hablando de Ebrard, AMLO ha dicho que él sometería a consulta popular las cuestiones espinosas del aborto y las “bodas” gay (no como Marcelo que nos las impuso sin preguntarnos) lo cual podría considerarse como una actitud más sensata, propia de un régimen democrático.  Aún así a muchos católicos nos interesa saber cuál es su postura personal en estos temas.  No puede seguir escondiendo la cabeza como avestruz e intentar dejar contento a todo mundo.

La Iglesia no pide la supresión del Estado laico, pero hubiera sido interesante que AMLO nos dijera exactamente qué tipo de “Estado laico” tiene en mente.  ¿Es el de don Benito Juárez, el cual expropiaba iglesias y conventos y expulsaba a los miembros del clero del país?  Porque si ese es el modelo no tiene sentido enviar una carta al Papa.  Más bien debería pensar en una declaración de guerra.

Los católicos mexicanos NO podemos votar por un partido anticristiano como es el PRD sin traicionar gravemente nuestra conciencia.  Llamo a todos los católicos mexicanos a despertar y no dejarse seducir por la hipocresía izquierdista.  AMLO sabe que no puede ganar sin el voto de los católicos, y de allí su camaleonismo político increíble. ¿Queremos otra guerra cristera?  Si la respuesta es no, entonces no votemos por el PRD.

Reproduzco íntegramente la carta de AMLO a continuación.  Presento algunos comentarios intercalados entre corchetes.

S.S. Benedicto XVI
Presente

Nos dirigimos a usted con el respeto que se merece, tanto por su investidura de Jefe de Estado, como por tratarse del principal dirigente de la Iglesia Católica en el mundo.  [el Papa no es el principal dirigente de la Iglesia católica, como si hubiera otros más o menos equivalentes.  Es la máxima e inapelable autoridad de la misma].

Considero ésta una gran oportunidad para poder expresar a usted, de manera sincera y directa, los sentimientos de millones de mexicanos que formamos parte del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), en el que participan indígenas de todas las culturas, campesinos, pescadores, obreros, trabajadores independientes, maestros, estudiantes, profesionistas, comunicadores, productores del campo –sean comuneros, ejidatarios, pequeños propietarios– artesanos, artistas, intelectuales, científicos, comerciantes y empresarios.

Es un movimiento amplio, plural e incluyente, integrado por mujeres y hombres de distintas corrientes de pensamiento. Hay católicos, evangélicos de todas las denominaciones, creyentes de otras religiones y librepensadores. [También en el PRI y en el PAN hay hombres y mujeres de todas las extracciones sociales y credos, así que no aporta nada interesante para que el Papa entienda lo que es MORENA]

Llega usted en uno de los momentos más difíciles y duros de nuestra historia. Son tiempos de sufrimiento y desdicha. La profunda crisis que nos afecta en todos los órdenes de la vida pública ha producido pobreza, desempleo, migración, inseguridad, violencia, impunidad, corrupción, pérdida de valores, miedo, tristeza y desencanto.

En estas líneas no pretendemos describir en detalle los males que nos aquejan, sino expresar a usted nuestro punto de vista sobre las causas que originaron la actual decadencia y la forma en que pensamos pueden remediarse los graves problemas nacionales.  [¿Hay alguna época en la historia del México independiente en la que este no estuviera en “decadencia”?]

Nosotros actuamos sin calumniar, juzgar, o condenar a nadie, ni mucho menos haciendo distinción entre buenos y malos; simplemente decimos, con toda libertad, lo que pensamos y lo que sentimos.  [Según AMLO no hace distinción entre buenos y malos pero sostiene que los males de México se deben a una minoría, como si el resto de los mexicanos no tuviéramos vela en el entierro,  y sostiene que él representa la única posibilidad de vencer al mal]

Desde nuestra visión, la crisis de México viene de tiempo atrás, pero se precipitó desde finales de los años setenta cuando, a nivel mundial, se comenzó a diseñar y aplicar un nuevo modelo que permitiera a los grandes poderes económicos dominar a los estados nacionales y apoderarse de los recursos naturales y de los bienes de la inmensa mayoría de los seres humanos.  [Resonancia de la teoría de la dependencia económica, tan cara a los teólogos de la liberación, a Hugo Chávez y a “pensadores” de la escasa talla intelectual de Eduardo Galeano.  Al respecto, AMLO haría bien en revisar una literatura de tanto recorrido como el Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano]

Con esa encomienda, y a través de una serie de sofismas y recomendaciones, nos hicieron creer que la privatización era la panacea, que el Estado no debía promover el desarrollo económico y social, y que si les iba bien a los de arriba, la prosperidad gotearía hacia los de abajo, como si la riqueza en sí misma fuese permeable o contagiosa.  [Claro que la riqueza es contagiosa.  Si alguien tiene más capital hará mayores inversiones y generará más empleos.  Y la privatización es la panacea para mastodontes gubernamentales ineficientes y corruptos, siempre y cuando el Estado haga leyes que obliguen a los particulares a ofrecer servicios de calidad y persiga los monopolios, cosa que por cierto no se hizo al privatizar Telmex y los bancos]

De esta forma, un pequeño grupo fue imponiendo, en todos los países y en todos los continentes, la agenda de las llamadas reformas estructurales, haciendo a un lado las necesidades reales de los pueblos y sometiendo a los gobiernos de muchas naciones.  [Es lo que no entienden los socialistas.  No es un pequeño grupo el que impone el capitalismo.  Son los pueblos los que optan por este sistema económico ante el fracaso de la URSS, Corea del Norte y Cuba y ante el éxito de Singapur, Japón, Estados Unidos o Hong-Kong]

En el caso de México, estas políticas empezaron a impulsarse desde 1983, se profundizaron de 1988 a 1994, y se continúan aplicando hasta nuestros días. Durante este período, los gobiernos de los dos partidos de derecha, prácticamente privatizaron al Estado, modificaron a la medida de estos intereses el marco legal y aprobaron reformas a la Constitución y a las leyes para trasladar bienes y riquezas de todos los mexicanos a particulares nacionales y extranjeros.  [Grandes paraestatales que antes eran propiedad de sindicatos corruptos e ineficientes, tales como los que hoy dominan PEMEX y la educación básica]

De este modo, se entregaron a manos privadas casi todas las empresas públicas, entre ellas, los bancos, Teléfonos de México, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, líneas aéreas, medios de comunicación, ingenios azucareros, siderúrgicas, fábricas de tractores, automóviles y motores, cementeras, tuberías, maquinaria. Se concesionaron a empresas mineras 50 millones de hectáreas, que representan el 25 por ciento de todo el territorio nacional, y que son, en su mayoría, tierras comunales y ejidales, propiedad de indígenas y campesinos. No está de más decirle que estas empresas que explotan el oro, la plata y el cobre, han quedado exentas del pago de impuestos por la extracción de estos minerales. Lo mismo ha sucedido con la industria eléctrica y prevalece la gran tentación de privatizar el petróleo.  [El territorio de México, según la constitución, no pertenece a indígenas ni a campesinos.  Pertenece a la nación.  Lo mismo se puede decir de las propiedades de empresas particulares.  Pero un rasgo izquierdista inconfundible es querer convertir a grupos vulnerables en grupos privilegiados.  La simple igualdad no les parece bastante para saldar “deudas históricas” infinitas.  La moral del esclavo de la que hablaba Nietszche]

La ambición y el afán de lucro, ha llevado a ejecutar reformas para manejar, en beneficio de particulares, las pensiones de los trabajadores, los servicios de salud, el abasto de agua, la recolección de basura y, con ese mismo criterio, se limitó la gratuidad de la educación pública a nivel básico y se dejó a expensas del mercado, como si fuese una mercancía, la educación media superior y universitaria.  [La educación no es una mercancía pero sí es un servicio que hay que pagar.  Suena muy bonito decir que todos los mexicanos tienen derecho a la educación a cualquier nivel.  La realidad es que las universidades públicas no tienen la capacidad para atender a la creciente demanda, es un problema que aumenta con los años.  Por otra parte tiene poco sentido invertir cifras astronómicas en educación superior si no se tienen empleos para ese nivel educativo.  Y si no lo creen visiten Cuba: cero analfabetismo pero con la panza de farol]

En este período se aumentó del 10 al 16 por ciento el impuesto al consumo y, en contraste, se reformó la ley del Impuesto sobre la Renta para conceder el privilegio a las grandes corporaciones económicas y financieras de diferir el pago de impuestos hasta por el 100 por ciento de sus contribuciones. Y en todo este tiempo, el presupuesto público, que es dinero de todos, en vez de ser utilizado para promover el desarrollo, crear fuentes de trabajo y para el bienestar del pueblo, ha sido confiscado y se ha utilizado fundamentalmente para rescatar instituciones financieras y empresas particulares en quiebra, y para favorecer a una minoría de traficantes de influencias y políticos corruptos.  [En esto estamos de acuerdo con AMLO: el régimen de recaudación de impuestos es ineficiente y concede beneficios injustificables a las grandes empresas]

Los resultados de esta política de élite han sido desastrosos: se acumuló como nunca riqueza en unas cuantas manos, pero la economía nacional, en 29 años, ha permanecido estancada; y la falta de crecimiento económico ha limitado la creación de empleos. En la actualidad, la falta de trabajo es, junto con la inseguridad, la preocupación principal de los mexicanos. La tasa de desempleo y subempleo, es del 21 por ciento de la población económicamente activa. Y, según cifras oficiales, el 67 por ciento de los trabajadores ocupados, siete de cada diez, recibe ingresos que no superan los 3 salarios mínimos, o sea, 13 dólares diarios. Esta es la razón por la que millones de mexicanos se han visto obligados a emigrar a los Estados Unidos, han optado por buscar el sustento de sus familias en la economía informal o, en no pocos casos, han tomado el camino de las conductas antisociales.  [Que yo sepa el nivel de desempleo en México es del 5%.  Sería interesante saber cuáles son las fuentes de AMLO.  AMLO cree que la pobreza de México se debe solamente al mal gobierno.  No entiende que también hay factores internacionales fuera de nuestro control que no nos favorecen.  Paradójicamente las causas del poco éxito de México como nación capitalista son los resabios que aún tiene de intervencionismo estatal excesivo, que es precisamente lo que AMLO pretende aumentar]

Como usted comprenderá, Sumo Pontífice, la insensatez y la codicia dieron lugar a la actual crisis de inseguridad y de violencia. Por esta causa, en los últimos 5 años, han perdido la vida alrededor de 60 mil mexicanos, sin considerar a los desaparecidos, con el dolor tan grande que atormenta a sus familiares. En algunos casos, se trata de víctimas inocentes y, en su mayoría, los muertos eran jóvenes que no tuvieron oportunidades de trabajo ni de estudio y que, obligados por las circunstancias, se enrolaron en las filas de la delincuencia.  [O sea que los culpables de la violencia no son los pobrecitos delincuentes sin oportunidades sino el malvado gobierno que los obliga a delinquir.  Tal vez la estrategia de atacar al narco manu militari no sea la más apropiada, pero este es un problema en el que el principal responsable es el gobierno de Estados Unidos y no el mexicano.  Este es un tema muy extenso, en una entrada posterior hablaré de él con más detalle]

Conociendo su sensibilidad ante estos problemas, es nuestro deber informarle que los responsables de esta inhumana y terrible tragedia, no han sido capaces ni siquiera de aceptar que la pobreza y la falta de oportunidades de empleo y de bienestar originaron tal estallido de odio y resentimiento. Por el contrario, con una insensibilidad extrema, están empeñados en mantener, a costa de lo que sea, el actual régimen de injusticias, corrupción y privilegios y pretenden resolver este flagelo sólo con medidas coercitivas. Es decir, enfrentando la violencia con la violencia, el mal con el mal, causando aún más desgracias y agraviando los sentimientos más humanitarios que hay en el fondo del alma del ser humano, creyente o no creyente.  [Los responsables de lo que pasa en México somos todos los mexicanos.  Según AMLO sin Calderón, sin Slim y sin unos cuantos más se resolverían mágicamente los problemas que México arrastra desde el momento mismo de su independencia]

Esta es la amarga realidad y el motivo de nuestra lucha. Estamos proponiendo regenerar la vida pública de México mediante una nueva forma de hacer política, aplicando en prudente armonía tres ideas rectoras: la honestidad, la justicia y el amor. Honestidad y justicia para mejorar las condiciones de vida y alcanzar la tranquilidad y la paz pública; el amor para promover el bien y lograr la felicidad.  [Una república, como dice Javier Sicilia, puede ser virtuosa, pero nunca amorosa.  Hablar de una república amorosa es hablar de un círculo cuadrado o de un helado caliente.  Pero es la vertiente poco racional y muy sentimentalista hacia la que se aboca la “izquierda del siglo XXI”.  Nuevamente el precedente lo tenemos en Hugo Chávez y cómo no, Zapatero en el país de las maravillas]

Este cambio queremos lograrlo, sin violencia, con la participación consciente y organizada de los ciudadanos en el próximo proceso electoral federal. Nuestro movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico. Y, aunque sostenemos que representamos la única opción para lograr el renacimiento de México, pretendemos convencer y persuadir a todos, sin imponer absolutamente nada. Convocamos a la unidad y llamamos a la reconciliación nacional, insistiendo en que anhelamos justicia, no venganza, y que buscamos el cambio por el camino de la concordia.  [Y si no piensa hacer uso de la violencia, ¿cómo se supone que esa minoría opresora de la que tanto habla va abandonar sus posiciones de privilegio?  ¿Pidiéndoselo amablemente y por las buenas?]

Proponemos, también, que esta unidad en la diversidad se pueda hacer efectiva, construyendo juntos un nuevo pacto social, un acuerdo con compromisos muy puntuales como, por ejemplo, impulsar actividades productivas y generar empleos; rescatar al campo del abandono en que se encuentra y lograr la soberanía alimentaria, apoyar a las pequeñas y medianas empresas que son las que más ocupan mano de obra; impulsar la industria de la construcción para reactivar pronto la economía, realizar la infraestructura y las obras públicas que hacen falta y crear empleos; manejar de manera integral el sector energético y utilizarlo como palanca del desarrollo; construir cinco grandes refinerías; operar a toda su capacidad las plantas de energía eléctrica del sector público, y que todo esto se traduzca en ofrecer a consumidores, empresarios y comerciantes precios más bajos de gasolinas, diesel, gas y energía eléctrica.  [Lo mismo que ofrecen el resto de los partidos.  Lo interesante no es el qué, sino el cómo]

Asimismo, pretendemos terminar con las prácticas monopólicas; buscamos que haya competencia y se eviten los precios exagerados en bienes y servicios; [¿precios exagerados?  Son los precios de mercado.  Los gobiernos comunistas hicieron un desbarajuste económico por intentar fijar los “precios justos” con el poder del Estado] abolir los privilegios fiscales; limpiar al gobierno de corrupción y acabar con la impunidad; instaurar la austeridad republicana para eliminar gastos superfluos y liberar fondos al desarrollo; democratizar los medios de comunicación; garantizar libertad en los sindicatos y el voto secreto en la elección de dirigentes; asegurar que el salario mínimo aumente por encima de la inflación; [va a necesitar una varita mágica para esto.  ¿Y si la inflación baja? ¿También van a bajar los salarios?] sacar de la pobreza extrema a 15 millones de mexicanos; evitar que nadie padezca por hambre o desnutrición; garantizar el derecho a la educación gratuita y de calidad en todos los niveles escolares, atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuentan con seguridad social, pensión para todos los adultos mayores y discapacitados; proteger la naturaleza y el medio ambiente; enfrentar el problema de la inseguridad pública, creando un ambiente de progreso y bienestar, con oportunidades para todos y garantizando el empleo a los jóvenes. [Una auténtica utopía socialista.  Este enorme gasto social es imposible sin aumentar los impuestos de forma brutal, con la consiguiente contracción económica, disminución de la inversión y fuga de capitales; o bien contrayendo deudas internacionales impagables.  Baste mirar lo que está sucedió en Grecia o España, igual gracias a la izquierda en el poder]

Cuidando que los encargados de la seguridad pública y la procuración de justicia sean ciudadanos de inobjetable honestidad; [veremos en los cuerpos policíacos a los nueve coros angélicos] mejorando los sueldos y las prestaciones en todas las corporaciones policiacas; creando una policía nacional bien adiestrada y moralizada que nos permita retirar gradualmente al ejército de las calles; respetar los derechos humanos y atender a los familiares de las víctimas; hacer a un lado la obsesión de querer enfrentar la violencia con la violencia y hacer realidad el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia; recuperar al Estado, ponerlo al servicio de todos y mantener su carácter laico para garantizar la libertad de consciencia y las prácticas religiosas sin preferencias ni rechazos de ninguna índole; auspiciar la creación de una nueva corriente de pensamiento, que fortalezca valores culturales, morales y espirituales; [pero ¿cuáles valores?  ¿Los del catolicismo?  ¿Los de los aztecas?  ¿Los de los masones?  Todos son “valores” no necesariamente coincidentes] procurar que las riquezas de la Nación y el fruto del trabajo de los mexicanos se distribuya con justicia y nunca más permitir que los privilegios de pocos se sustenten con la opresión y en la miseria de muchos.  [el capitalismo no es “justo”.  Quien tiene más saliva come más pinole.  El Estado no “distribuye” las riquezas de la nación, a menos de que se trate de China, Cuba o Corea del Norte]

Estimado Papa Benedicto XVI:

Este Proyecto Alternativo de Nación lo queremos convertir en realidad, con entrega y llenos de esperanza, millones de mexicanos sin distinción de creencias, orígenes étnicos o clases sociales.

Le aseguro que las mujeres y los hombres de MORENA, sin pretender ser poseedores de la verdad absoluta y sin creernos infalibles, actuamos de buena fe y desprovistos de odio. [Se notó cuando entraron a la catedral a agredir a los católicos que celebraban la misa sin deberla ni temerla]Tenga la confianza de que somos gente con ideales, principios y con un sincero y profundo amor al pueblo, en especial a los más pobres.

Comprensible inseguridad del Papa de venir al DF

Le deseamos de todo corazón que su estancia en nuestro país sea fructífera y feliz.  [Siempre y cuando no se le ocurra visitar la página oficiosa “Sendero del Peje” repleta de venenosas críticas de esta misma visita]

Atentamente,

Andrés Manuel López Obrador
Precandidato a la Presidencia de la República
Por la Coalición Movimiento Progresista

No hay comentarios:

Publicar un comentario