miércoles, 30 de mayo de 2012

Historia del cristianismo, tomo III: el Mundo Moderno

El Mundo Moderno (Historia del Cristianismo, #3)El Mundo Moderno by Cortés Peña, Antonio Luis
My rating: 4 of 5 stars

Este volumen me resultó mucho más entretenido que los dos anteriores. Creo que eso se debe a que los problemas que presenta me son mucho más familiares (el capítulo dedicado a las discusiones teológicas sobre los términos personae e hypostasis del tomo I fue particularmente árido).
Sin llegar a ser revolucionaria, la perspectiva de los autores pasa revisión a muchos de los lugares comunes que siguen propagándose en nuestros días, a pesar de que la mayoría de los historiadores serios va dejándolos de lado paulatinamente. Tratar cada uno de ellos merecería un artículo independiente, por lo que solo haré una revisión somera.

Lutero como héroe o villano: ya sea que sea abordado por historiadores católicos o por protestantes. El enfoque del texto es mucho más equilibrado: la reforma protestante no nació gracias únicamente a la excepcional personalidad de Lutero, sino que tiene antecedentes que hay que rastrear en la baja Edad Media (particularmente Wycliff y Huss).
Corrupción romana como causa de la escición: aunque ciertamente es un factor que es esgrimido por los sectores populares (no así por Lutero) no puede considerarse como causa principal de la ruptura: durante la Edad Media hubo periodos de semejante o incluso peor corrupción. Hay poderosos factores económicos y políticos que deben ser considerados, principalmente el deseo de los príncipes anglosajones de quedarse con los bienes de la Iglesia y dejar de pagar tributos a Roma. Las teorías de Marsilio Ficino y Dante sobre el papel del Estado respecto a la Iglesia también han madurado en un corpus ideológico coherente. Finalmente, el ascenso de la burguesía concentrada en las ciudades, la cual se caracteriza por un marcado individualismo, incluso en el plano religioso.
La ética protestante y el espíritu del capitalismo: contrariamente a las teorías de Max Weber, no se puede afirmar que el capitalismo haya sido consecuencia directa de las doctrinas protestantes. De hecho el capitalismo surge en las ciudades católicas italianas, con importantes antecedentes teóricos de los filósofos escolásticos, sobre todo los de la Universidad de Salamanca.
El catolicismo iletrado: otro lugar común es afirmar que mientras los países protestantes desarrollaron una cultura basada en la lectura, por la preponderancia que dieron al libre examen bíblico, los católicos desarrollaron sobre todo una cultura visual, potenciando las artes plásticas. La realidad es que tanto la cultura del libro como las artes plásticas se desarrollan de forma equitativa tanto en países católicos como protestantes.
La inquisición española como paradigma de perversidad: Sin dejar de lado la clásica crítica ilustrada al control del pensamiento representado por esta excepcional institución religioso-política, los autores relativizan gran parte de la leyenda negra que se le atribuye, sobre todo las fantásticas y ridículas cifras que se manejan cuando se habla de víctimas, propaladas por panfletistas anglosajones sobre todo
El cristianismo oriental: aunque se percibe como una religión occidental, el tomo dedica algunos capítulos a examinar el cristianismo que se desarrolla de forma paralela e independiente al europeo, sobre todo en Medio Oriente, Etiopía y la India.
Los orígenes cristianos de la Ilustración: los autoproclamados ilustrados que tomaron la Bastilla e impusieron el régimen republicano en Francia crearon el mito de que ellos rompían tajantemente con un mundo tenebroso anterior a ellos, el "oscurantismo", e inauguraban la era de la luz y la razón. Este triunfalismo es injustificado cuando se considera que mucho del pensamiento crítico ilustrado tiene antecedentes renacentistas (por ejemplo Erasmo) e incluso medievales (Bacon, Dante, Marsilio Ficino) que no por críticos tienen que ser irreligiosos.


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