viernes, 16 de febrero de 2007

Dionisio contra Apolo

Es urgente rescatar el uso de la razón. La posmodernidad ha venido despreciando el valor del raciocionio. Pero primero veamos cómo llegamos a la era del «pensamiento débil».
Los ilustrados franceses creyeron que la diosa razón liberaría a la humanidad de todos sus prejuicios y ataduras. En el siglo XIX, los sorprendentes avances en todas las ciencias hicieron pensar a muchos que el hombre llegaría a ser dueño de su destino y lograría el control absoluto de la naturaleza. Auschwitz terminó con estas ideas exaltadas. La idea hegeliana de que todo lo racional es real, y viceversa, se mostró falsa en las cámaras de gases. La enorme matanza fue real, pero no racional.
A partir de entonces se empezó a desconfiar del uso de la razón. Los tres «maestros de la sospecha» (Marx, Freud y Nietzche) definieron las líneas maestras del pensamiento posmoderno, en el cual nos hallamos inmersos actualmente.
Marx nos mostró la lógica despiadada de la lucha de clases, inexorablemente inserta en la espiral sin retorno de la dialéctica. Freud nos dijo que somos esclavos de mecanismos subconcientes irracionales. Y al final de la escalera hallamos a Nietzche, que declaró oficialmente la «muerte de Dios» y apremiaba al retorno a la «inocencia» irracional (ley del más fuerte).
Vivimos una época de desencanto y escepticismo generalizado. Pero debemos darnos cuenta que precisamente la razón ha sido la que nos ha traido hasta aquí. Desde luego que el siglo XIX pecó de optimismo en cuanto al poder de la racionalidad humana, pero eso no quiere decir que ésta se haya convertido en un trasto obsoleto que hay que tirar por la borda.
En nuestros días parece que es más fuerte la emoción que la razón,la imagen sobrepuja a la palabra. Muchos repiten que «una imagen vale más que mil palabras» pero yo creo que un concepto bien acuñado vale más que mil imágenes.
Los filósofos de la deconstrucción (Derrida)y los filósofos analíticos (Focault) han reducido la Filosofía a la Filología. Han diseccionado el lenguaje y los discursos tanto que uno se pregunta si se puede uno aproximar a la verdad con un instrumento tan precario. Obviamente, ellos responden que no. Pero si ya no es la búsqueda de la verdad el objeto de la Filosofía, ¿a qué se van a dedicar los filósofos? Sospecho que no tendrán más remedio que ser meros historiadores del pensamiento filosófico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cierto es que las imagenes no son en sí algo realmente importante.sino que el problema es que se ha dado a muerte inconcientemente al conocimiento que es base de toda puerta ancha y extensa hacia la realizacion misma del individuo.

quizas el problema no es que la razón esté hoy en dia de baja, sin embargo hay personeos que le consideran así...

sino que es el concepto mal infundido de "razón"...

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