La encomienda era una concesión sobre grupos más o menos extensos
de indios para asegurar la producción agraria o minera, los tributos, y
para premiar a conquistadores, funcionarios y a veces a notables
indígenas. No entrañaba propiedad de la tierra, que seguía perteneciendo
a los indios, pero en otros aspectos recordaba a las relaciones de
servidumbre europeas y a los repartos de las órdenes militares durante
la Reconquista.Los nativos no eran esclavos, los encomenderos podían
obligarles a trabajos no excesivos y debían evangelizarlos; pero en la
práctica, la exigencia laboral podía acercarse a la esclavitud,
acompañada de maltratos, pues los indígenas no estaban habituados a
trabajar al modo europeo. Es imposible saber cuántos casos había de
abuso y en qué grado, y cuántos de situación más soportable; pero las
crueldades causaron airadas protestas de algunos dominicos, que
llevaron sus denuncias ante el rey.